viernes, 2 de diciembre de 2011

El Género como un determinante de la salud y la enfermedad

Los procesos y resultados de salud y enfermedad, y de su atención desde los servicios de salud, son en gran medida distintos en hombres y mujeres.
Estas diferencias, cuando son injustas y evitables, se convierten en desigualdades. La mayoría de ellas no se pueden explicar por las diferencias ligadas al sexo biológico, sino que se relacionan con los roles y estereotipos de género.


En 2006, la esperanza de vida de las mujeres es 6,6 años más que los hombres. Sin embargo, su vida con buena salud y sin enfermedad crónica es más corta que la de los hombres.
También la percepción de la salud es peor en las mujeres que en los hombres, refiriéndose como buena o muy buena el 54% de ellas  y el 63% de ellos.

Los patrones de vida tienen una clara distribución por género. Los hombres tienen conductas menos saludables respecto al consumo de sustancias adictivas (tabaco, alcohol, drogas ilegales). Además, sufren discapacidades desde edades más jóvenes. Esto, perjudica su salud y estaría relacionado con las mayores prácticas de riesgo que asumen desde los modelos tradicionales de masculinidad.
Por el contrario, los hombres practican más deporte y duermen más horas que las mujeres, con los beneficios para la salud que ello conlleva.

En los últimos años, se está empezando a visibilizar las condiciones en que las mujeres realizan  estos trabajos, peor remunerados, peor valorados, con dobles y triples jornadas, y siendo las cuidadoras principales, formales e informales, de las personas dependientes (de la niñez, de las personas mayores, de las enfermas y de las que tienen discapacidades). Todo ello repercute muy negativamente en su salud y sufren lo que se denomina “Síndrome del cuidador”.

Las maneras como manifiestan hombres y mujeres sus quejas son diferentes. La frecuencia de quejas crónicas es del doble al triple en todas las categorías principales de enfermedades crónicas: artrosis y problemas reumáticos, mala circulación, jaquecas, migrañas, dolores de cabeza, fibromialgias y depresión.

También la violencia, tiene un claro patrón de género, por un lado,  repercute negativamente en la salud de los hombres produciéndoles lesiones y discapacidades. Pero sobre todo, tiene consecuencias traumáticas en la salud de las mujeres.
La violencia de género, tanto por su magnitud, como por su impacto sobre la salud física y mental de las afectadas y de sus hijas e hijos, debe ser considerada un tema prioritario de salud pública.

Especialmente, se refleja muy claramente el impacto de las desigualdades de género,  en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades mentales, tales como la depresión y la ansiedad, que es casi triple en mujeres que en hombres, por las causas psicosociales  que se han mencionado anteriormente, pero que permanecen invisibilizadas en la concepción sanitaria hegemónica. 
Acorde con el modelo biomédico, el tratamiento que se prescribe a las mujeres, suele ser de psicofármacos, con  los consiguientes efectos secundarios para su salud.

También, desde un punto de vista de género, enfermedades que afectan a hombres y mujeres, se diagnostican y se tratan de diferente forma, por ejemplo las cardiovasculares o el cáncer.

Otra consecuencia de las desigualdades de género, es la excesiva medicalización de la belleza de las mujeres, promocionada por los negocios  millonarios de la industria de la belleza, la industria médica y la farmacéutica, que basándose en estereotipos de género: delgadez, juventud  y formas corporales dictadas por la moda,  promueven  todo tipo de intervenciones quirúrgicas, estéticas y farmacológicas (implantes, inyecciones de colágeno o de botox, pastillas adelgazantes, etc )

Ante las necesidades de salud de hombres y mujeres, la sociedad responde estableciendo políticas de salud y ofertando servicios. Incluso en aquellos casos en que las políticas y servicios se ofertan aparentemente por igual a hombres y mujeres, no son utilizados de igual manera por unos y por otras.



Soledad Muruaga López de Guereñu
Presidenta de AMS

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